Cada historia que nos llega es un testimonio en primera persona que nos demuestra que todo es posible. En esta oportunidad, compartimos las palabras de Juliana Lavie, estudiante de Abogacía en modalidad virtual.
Mi nombre es Juliana Lavie y soy estudiante de la carrera de Abogacía en modalidad virtual de la Universidad Kennedy. En un mes cumplo mis 40 años y tengo una hermosa hija de 6 años llamada Sofía. Soy profesora de gimnasia, hace 24 años que elijo y trabajo en esta profesión –desde mis 15 años–.
Hace 6 años, con mi hija nos tocó atravesar por una situación de violencia de género con quien fue mi marido: pasamos momentos muy duros, desde el secuestro de mi pequeña y demás cosas. En esa época vivíamos en Capital Federal y hace 6 años regresamos a nuestro Berazategui natal donde se encuentra mi familia. A raíz de todo lo expresado mi madre enfermó y falleció hace un año. Mi padre, con quien vivimos mi hija y yo, me da su pensión cada mes, y yo decidí invertir ese dinero en estudiar: en un año pude hacer y recibirme de nutricionista deportiva, secretariado jurídico y empezar a estudiar Abogacía virtual en esta maravillosa Universidad Kennedy.
Dicen que las historias nunca se cierran… y es así, tuve un problema en mi salud que por poco hace que yo abandone mi sueño, mi carrera de Abogacía. Aun así, decidí presentarme en la sede de Berazategui como lo hago siempre a pesar de que no me sentía bien y no había podido estudiar cómo me hubiese gustado: aprobé los dos días seguidos y ahí comprendí que obstáculos habrá siempre y solo hay que vencerlos. Sé que voy a llegar a ser una abogada y sueño con levantar mi diploma el día de graduación y dedicárselo a mi hija, a mi madre y a mi padre, porque sin ellos, por el amor que les tengo, no hubiera podido.
Gracias Universidad Kennedy por esta oportunidad que tenía solo en mis sueños y hoy me permite hacer otra carrera, seguir con mi trabajo y ser también mamá al mismo tiempo. Que siga esta modalidad virtual y que sigan los éxitos y recuerden jamás bajen los brazos lo último que se pierde es el sueño y está en nosotros cumplirlo.
Un fuerte abrazo.
Juliana Lavie
Desde la Universidad agradecemos a Juliana por su valentía y admiramos su resiliencia.
Esperamos que muchas personas que estén pasando algo similar puedan inspirarse en su historia.